UNA MANERA DE CELEBRAR UN CUMPLEAÑOS.

Las encontré cuando iba al gimnasio. Una mañana de martes. Estaban debajo de un camelio, a la intemperie. Eran rubias. Eran alemanas. Eran madre e hija. Se llaman Birgite y Stephanie. Dicen que la razón de su camino es el regalo de la hija a su madre. Era el sueño de la señora hacer el Camino , y la hija decidió acompañarla y obsequiarla con ese maravilloso espacio de tiempo andariego y familiar. La madre espera feliz llegar a Santiago y abrazar al santo. Dicen que no es un motivo espiritual, pero yo creo que sí lo es. ¿ Hay algo más espiritual que el amor de una madre y una hija? ¿ Se puede querer de una forma más hermosa que recorriendo juntas desde Oporto la ilusión de una mujer que acaba de cumplir 75 años? Hay muchas formas de querer, y esta es bien hermosota, deshojando al andar los recuerdos de las flores de una vida. Y agradeciendo.