VERÓNICA Y ALINA.
Se llaman Verónica y Alina. Vienen de Oporto. Son alemanas. Católicas. Y tienen el aroma de la juventud desaforada, inocente, como un anticipo de la primavera que está a punto de comenzar. Y que llevará escrita en el aire sus nombres.
Dicen que buscan ponerse a prueba a si mismas. También conocer gente, paisajes...
A los viejos como yo, acortezados y de vuelta de muchas cosas, esas miradas, esa frescura, nos da mucha envidia. ¡Cómo me gustaría volver atrás y echar a andar a ninguna parte! Un poco de aire en el parabrisas suele ser suficiente para desempañar el cristal. Con algunas personas eso lo consigue el amor, cuando la vida nos ha enturbiado y nos impide ver.
Pero Verónica y Alina están de estreno. Todavía llenas de luz, transparentes, pulcras. Por eso pueden decir "nos queremos poner a prueba".
¡Quién pudiera! Uno ya no puede ponerse a prueba, ya sabe lo que es eso. Ahora les toca a ellas.
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