LUIS. EN BUENA COMPAÑÍA.

Ayer fui a andar a las Brañas de Padrón. No es Camino de Santiago portugués, pero cae cerca. Cuando  salí de casa llovía a mares.  Me crucé con un peregrino que andaba la etapa entre Caldas y Padrón. 

Se llama Luis. Es portugués. Viene desde Valença de Minho. Tiene un hijo. 

-  Hago el Camino porque con mi padre , durante años, hablábamos de hacer el Camino juntos. Pero mi padre murió el año pasado.

- ¿Es espiritual la razón?

- No. Lo hago acompañado de él. Vamos juntos. Viene conmigo. 

Se pidió unos días de vacaciones para cumplir el deseo que planearon los dos.

Cuando me comentó que iba acompañado de su padre,  hizo un gesto casi imperceptible, como mirando a su izquierda.  Y casi, casi, me pareció ver a ese hombre a su lado. y, con toda seguridad, lo estaba. 

Luis no lo sabe, pero en su corazón, tan lleno de amor y agradecimiento, también está Dios.  Porque todo hombre que hace un acto libre de amor , oculto y sencillo como el de este buen hijo, se proyecta hacia el infinito. Un acto de amor , un movimiento de cariño verdadero,  llega muy lejos, y alcanza el mundo, y lo abraza. 

Que Dios te bendiga, amigo, y que la Señora te acompañe. Siempre.