PEDRO. BUSCANDO SU VOCACIÓN.

Se llama Pedro. Viene desde Lisboa. Lo encontré dentro de la iglesia de Caldas, rezando el rosario.

- Vengo para dar gracias. Estaba muy confuso en mi vida, muy lejos de Dios y de todo lo que fuera religión. Aunque tuve una formación profunda en la fe, gracias a mi madre, abandoné ese camino. Me pasé años de espalda a todo eso. Hice dinero , negocios. 

- ¿Y qué pasó para que estés aquí rezando el rosario?

- Un amigo me insistía mucho en que me confesase y volviera a empezar. Era muy pesado. Es del Opus Dei. Yo le decía que me dejara en paz. Un día me  hizo ver que era amigo porque quería que descrubiera el amor de Dios. ¡ Mira que me lo había dicho veces, pero esa  dio en la diana! Y me presentó un sacerdote.

- Muy buena tu historia. ¿Y qué buscas ahora?

- Mi vocación. Por eso inicié este Camino. Me gustaría  discernir qué es lo que  Dios quiere de mi.

- ¿ Una vocación religiosa?

- Lo que Él quiera.

Pedro  quiere llegar cuanto antes a Santiago. Desde allí  irá a Fátima a estar con nuestra Señora y poner en sus manos sus proyectos. 

¿Cuántos árboles conforman un bosque? ¿Cuántas palabras construyen un poema? ¿Cuántas notas componen una sinfonía? ¿ Cuántas palabras necesita una oración?

Las cuatro cuestiones son incalculables, y las cuatro por la misma razón. Un bosque es un poema de árboles que cantan y donde un suspiro basta para rezar. 

Y Dios siempre escucha.