SABRINA: Y JESÚS LA ESTABA ESCUCHANDO.
Sabrina es de Italia. Viene buscando muchas cosas. Como tantos peregrinos rezan pidiendo volver a empezar, cicatrizar heridas, oxigenar el alma.
Dicen que si acercas una caracola al oído escuchas el eco del mar. Aquí , en el Camino, sucede si escuchas el cereal mecido por el viento. La brisa mueve las ramas suavemente, abanica el alma de las cosas. Cosa fina pasear a esas horas de la madrugada o de la tarde.
Entre las ramas el cielo adquiere a esas horas una vaga claridad , un color de rosa seca. Y antes de oscurecer , pronto se coloreará de ascuas la tarde. ¡Dios, cómo se pone el sol en esta parte de Galicia!
Sabrina tiene la mirada aún un poco adolorida y serena. Esos ojos cervales merecen lo que pida su alma. Estaba sentada en la iglesia vacía, mirando fijamente el sagrario. Y Jesús la estaba escuchando.
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